En la actual crisis mundial, ¿cómo seguimos adelante cuando la primera ola da paso a una segunda ola de una pandemia? Lo que al principio del año parecía algo lejano ahora ha impactado a aquellos que conocemos personalmente. A nivel mundial, la vida ha sido alterada y el coronavirus nos ha apretado como un tubo de pasta de dientes mientras los meses se alargan en 2020.
Atrapados en casa, nuestras mentes se preguntan: "¿Esto alguna vez terminará? Cuando me despierte, ¿a dónde puedo ir o debería ir, ya que podría contagiarme de COVID-19? Si me contagio, ¿lo esparciré a los que amo? ¿Qué debo aferrarme mientras nuestro mundo se sacude?"
Mis emociones podrían gritar pidiendo huir o luchar por mis derechos en medio de la ansiedad, frustración o incluso miedo; sin embargo, mi corazón me llama de vuelta a las palabras de consuelo en tiempos de crisis.
Caminando hacia un río y escuchando un coro de pájaros, estas palabras que dan vida calman mi alma: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas," (Proverbios 3:5-6 RVR).
Despertando a una perspectiva renovada, el peso de la crisis comienza a caer de mis hombros mientras levanto mi voz a Dios con gozo, sabiendo que Él sabe, Él ve y Él guía. Esta crisis no es más grande que Jesús, quien me ama. ¿Qué quiere Él que aprenda?
Mi meditación sobre estos versículos me lleva a la respuesta: "¡CONFÍA EN DIOS!"
Siguiendo el sendero del río, me siento a mirar el agua y otro pasaje llena mi mente: "Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón," (Salmo 37:4 RVR).
Señor, ¿cómo me deleito en Ti en un mundo que lucha contra el miedo? Caminando por nuestra comunidad, detrás de las mascarillas lo veo en sus ojos. Enséñame a deleitarme en Ti. Ayúdame a no olvidar lo que significa acercarme a Ti, sin importar lo que la vida traiga.
Un movimiento en una aleta llama mi atención mientras observo una trucha descansando detrás de una piedra, protegida de la corriente. Luego, en un instante, sucede: alimento flota a su vista y, con un movimiento de su cola, avanza y se satisface, regresando a su lugar detrás de la roca.
Una vez más, levanto mi voz y alabo a Dios por esta imagen en Su creación. Dios cuida hasta de los peces, y cuánto más Él ama y cuida a Sus hijos. En medio de la turbulencia de hoy, Él nos llama a encontrarnos con Él en un lugar seguro y aprender a deleitarnos en Él.
¿Confío en Ti, Señor?
Guíame a esos lugares tranquilos donde solo en Ti me siento satisfecho. Enséñame a caminar en fe día a día y a enfocarme en el Autor y Consumador de nuestra fe. Recuérdanos que estas circunstancias pasajeras dan paso a la oportunidad de crecer nuestra confianza mientras aprendemos a esperar en Ti.
Aunque no entendemos el porqué de nuestra crisis mundial, que esto te anime a encontrar tiempo para alejarte y esperar al Único que sabe, ve y provee mientras tomamos tiempo para deleitarnos en Él. Señor Jesús, alinea nuestros corazones con Tu voluntad, conforta a los que están heridos y llénanos de Tu paz.
¡Enséñanos a descansar y confiar más en Ti!
Sobre el autor
Steve Meeker ha estado sirviendo en Croacia durante más de 26 años (desde 2014 como Director de LLI).
Steve considera un privilegio caminar junto a equipos y jóvenes líderes mientras aprenden a permanecer en Cristo en Comunidad.
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